jueves, 13 de octubre de 2011

Queda prohibido, Alfredo Cuervo Barrero

¿Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.

Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.

Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.

Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.

Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.

Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.

Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.


Muchísimas gracias a este poema! siempre llegas en el momento más indicado(:
(Ya esta todo como se supone es orginal, pero yo lo conocí como de pablo neruda y esa versión chafa de internet es la que siempre llega en el momento indicado)

jueves, 6 de octubre de 2011

Meta: Pasar de año con una revista publicada.

Tanta gente y soledad entra en mis oidos, agua sale de mis ojos.
¿Vadrá algún día la pena?

Los perros en mi casa se pelean por una carnaza, mis hermanos usan tanto internet, que hasta facebook se traba. Un hotel que no es de nadie.. se me muere un día más. La letra vuelve a empezar. ¿Cuanto llevo haciendo esto? ¿Horas, días o años?

Es hora de dormir, deja de pensar en la revista, en el exámen de psicología, en los dos trabajos, las dos guias de química, soledad de andar buscando, de deshacerse de sus sueños, la de mate. Deja de pensar en todos los seis exámenes, en las calificaciones, en la beca. Deja de pensar en la pelea, en el abogado y el juicio al que no llegaste, en tus maestros, en que no puedes ni acabar un maghoj. Deja de pensar que con o sin esfuerzo obtienes el mismo resultados, un sueño de pastillas, un café que me incorpora, es hora de dormir.

Ya ni sé cómo aconsejarte. Date un tiro, ¿no?
Pequeño blog desgastado, olvidado. Sigo recordando quién eres. ¿Recuerdas quien soy yo?

Cerrar: msn, facebook.
Play: soledad, ricardo arjona.
Cargando: how i meet your mother (ducky tie, temporada 7, capitulo 3)













No escapes, enfrenta.

domingo, 7 de agosto de 2011

1 Ag 2011

Dislike pero bueno. Intentando sacarle el polvo a este olvidado blog.
Escrito por primera vez en una cajetilla de marlboro rojos. Escrito entre la presión de Alaide por que hiciera un poema y la inspiración del vapor que se crea con el agua caliente y una noche fria, como aquella del 30 de julio en los Azufres.



Sensual vapor recorre nuestros cuerpos.
Fallece sin pecados. Sube
Intercalo besos contigo y con mi cigarro, bendito tabaco.
Velada blanca, pacífica.
El humo se funde con el vapor, como yo contigo
El agua se convierte en aire,
y tu en mi amante.

viernes, 24 de junio de 2011

miércoles, 18 de mayo de 2011

Ignóralo

Después de casi dos horas de intentos fallidos, por fin me estaba quedando dormida. Así que me recosté en mi casa, justo al lado de la ventana, con la calle acompañando mi velada.

En ese momento, ya medio inconsciente, escuché el sonido de unas llantas derrapándose, como estacionándose, y se escuchó que la puerta se abría.

-¿Cómo les fue, cuñado?
-Pues nada bien- se escuchó resentido
-¿Y mi hermana?
-Se tuvo que quedar en el hospital- su voz se escuchaba nerviosa.
-No me mienta, cuñado
-Pues no es que quiera pero no puedo, no le va a gustar la verda’
-¡Ya dígame!
- Pues se quedó en el bar. Pero le juro que ella quería y quería y no me dejo decirle que no y la tuve que llevar y ahí la intente convencer pero no quiso
- Usted dijo que la iba a sacar de ese disque trabajo, aunque gane dinero eso no está bien, va a salir lastimada. Yo le di a usted mi bendición porque me prometió que la iba a sacar.

Me puse a leer, evitando aquella conversación ajena. Solo se escuchaban blasfemias. Con palabras como puños. De pronto, volvieron a llamar mi atención con algo que salió de su boca: silencio. Se quedaron callados un buen rato, no entendí por qué.

- Ya, lo dejo hacer lo que quiera pero baje esa pistola, cuñao’ bájela- este señor, desconocido para mí, lloraba.

De pronto hubo un ruido que mis oídos nunca habían sentido. Mi mente sigue intentando olvidar aquel ruido. Metálico al principio, ventoso después y luego sentí como si el sonido me enseñara justo como la bala pasaba por la carne humana.

Al día siguiente me desperté con el sueño en mi cabeza, la rutina de todas las mañanas me distrajo un rato.

Al salir de mi casa, un carro blanco y azul con luces tintineantes en el techo me saco de mi rutina, me di la vuelta y camine alrededor de mi manzana para llegar a donde pude llegar con unos pasos.

Por más de una semana seguí evitando el lugar que mi ventana vigila desde arriba. No quería volver a ver esa mancha rojiza ya casi negra que estaba en el piso, con forma de charco y que ahora tenía un viejo chicle adornándola. No quería volver a recordar esa conversación que intentaba arraigarse en mi mente.

Después de las casi dos horas de intentos para dormir, al no poder por ese pensamiento de esa conversación de aquella noche, solo puedo repetirme: IGNÓRALO

Sin título

Entré y el pasado me ataco, como acosándome, por mi flanco izquierdo que usualmente es el más desprevenido. Luego, del lado derecho observe un interruptor (igual a los que se usan para prender o apagar el amor), justamente debajo de una muestra de la engañosa realidad. Es entonces cuando la luz, que está rodeada de estrellas en su punto de mayor concentración, ilumino mi camino.

Enfrente de mí había un letrero en forma de advertencia, un letrero sobre no dejarte afectar por la realidad. Me asusto la verdad en esas palabras así que gire hacia la izquierda y camine unos pasos. Del lado izquierdo esta un rincón del pensamiento abarrotado de recuerdos que no dejarían trabajar ni a un experto.

A mis ojos llega la imagen de una placa blanca, vacía, abarrotada de tinta reciente y del inicio de la consolidación de una parte de mí. Arriba de esta placa, hay protectores de cabezas que no han sido utilizados desde la época en la que nuestros ancestros inventaron los teléfonos celulares.

Me desplazo hacia la derecha pero viendo a la misma dirección y encuentro un relato sobré el decadente y verdadero futuro que nos espera si seguimos sin poner nuestro granito de arena. Después, signos profundos del paso de una mente revolucionaria con tendencias zapatistas. Siguiendo, una cocina de ensueño con un raro retrato fingiendo ser pared y el arte de la cocina.

Arriba, signos de niñez. Signos de niñez de esos que la gente suele desechar, pero en este lugar quedan como si estuvieran hechos para ese espacio justamente. Junto a estos: bailes risueños llenos de diversión y un disco de vinil. Abajo, encontré lágrimas y viento “difuminando el pasado”, como si estuvieran explicando quien estuvo aquí.

Más hacia abajo había un ataque de adolescencia, de un tal Ochodejulio, y cicatrices de guerra. Fue entonces cuando, por mi camino, se cruzó un instrumento relajante con cuatro patas que caminaba con demasiada paciencia. Así que voltee de nuevo a la izquierda y encontré una salida a la realidad, cubierta. Cubierta como si nadie la quisiera ahí. Como si la hubieran escondido.

Seguí con mi camino y había un lugar lleno de variadas armaduras que estaban preparadas contra el ambiente y perfectas ante la sociedad. Las cuales, en la cima, tenían un contenedor en forma de cubo lleno de secretos que no debí abrir. Secretos repletos de amor y de una muchacha que ya casi no dejan entrar a mi cuerpo. Y más arriba de esto había unas alas de esa misma muchacha, alas que simplemente me invitaron a volar, pero no lo hice, no tengo el valor.

Entonces, un reflejo sostenido por lo que algún día fue un árbol me gritaba las imperfecciones de mi ser, de mi alma, me gritaba que "soy la peor versión de mi misma". Arriba de ese reflejo un grito de felicidad compartida que no logra arrepentirse me enseño que “para ser viejo y sabio hay que ser joven y estúpido”.

De repente, a mi lado: cuidados cotidianos de una mujer desconocida. Miré hacia arriba, buscando un escape a ese reflejo que podía ver de reojo, como deseando “mudarme de espejo” y, junto con la sabiduría que he intentado adjuntar, aviste recuerdos. Uno de los cuales, aparte de devolverme al mundo de las sombras, me hiso entender que este era mi cuarto…

¿o mi cabeza?

La habana

Las horas en el hotel halagaban al horror. Hechizada en una hamaca, la honestidad hablaba hipócritamente.

Los hechos homicidas, con humor huracanado, hacían histéricos a los huéspedes que ya hurtaban hasta el hielo como huérfanos en el hoyo.

Un hombre humilde, algo hueco, hiperactivo y de huaraches, halló la habilidad de, con historias hastiadas de hipérboles, hacer humo a las heridas consecuentes. Y así, hacerle huelga a la histeria.

Héroe holgazán, héroe en ese hotel de la Habana.

martes, 22 de marzo de 2011

Mind fuck total (Sin terminar)

Y ahí estaba yo intentando alegrarte, ¿te acuerdas?, intento inútil. Era otra de esas tardes que solemos tener, rodeados de pláticas demasiado ajenas en un lugar ya conocido, ya explorado. Pero si, esta tarde era diferente.

Yo como siempre, no sabía qué hacer. A veces me siento tan mala para aconsejar que reprimo mi verborrea. Y me senté ahí, a verte, porque no, no te miraba. No sabía a que ponerle atención.
Intenté ayudarte, pero no sabía cómo. La vida te golpeaba y tú le respondías justo como ella quería. Bad answer, dude.

De pronto me di cuento de que no traías puestas las sonrisas. Me puse a buscarlas. Despues de un rato ya no sabía dónde buscar tus sonrisas... no las buscaba por ti, las buscaba por que se habían llevado (más bien robado) a las mías. Pero no estaban ni abajo del cenicero, ni de los limones... y no, tampoco estaban en el bolsillo del mesero, ni en su peluca...

Mejor me tomo mi chela y me fumo mi cigarrito calladita, pensé. La neta para decirte solo se me ocurrían cosas como: "Ya, a la verga, tomate la chela de fondo" o "na' más échate otro cigarrito y te tranquilizas". Si, esas frases se escuchan como una que diría ese tipo de adolescentes que yo llamo inmaduros y que confunden alcohol con diversión o que fuman para verse más "acá", de ese tipo de adolescentes del que soy parte en algunos momentos.

Pinches facetas viciosas las nuestras, compa. Desde entonces debimos bajarle a los carrujos. O bueno, igual deberíamos.

Ya wey, vas, se impulsivo, se tú mismo. Eso sí debía sacarlo, qué bueno que te lo dije, a veces se te olvida ser tú mismo. No importa cuál de tus "Tús" pero ser mínimo uno de ellos (de esos que se parecen a mis "Yos").

¡Más cerveza! No, tenía que recordar que la cerveza no ayudaba, tal vez los cigarros, el humo. Inhalar, exhalar. No, tampoco eso. Nada iba a ayudar. Nada. El tiempo seguía escapándose y yo seguía sin tener rastro de esas pinches sonrisas nuestras.

Luego llegó una pista. Nunca voy a olvidar esa risa, una de las más graciosas que he escuchado. ¡HEY! Ese hombre medio vacuno era el que tenía nuestras sonrisas, maldito...

Pues da igual si las encontré o como encontrarlas: ahí estamos, riendo de nuevo. Aunque hay probabilidad de que lo que haya funcionado no fuera eso de la risa cagada, tal vez fue eso de "tomarme mi chela, fumar mis cigarros y quedarme calladita" Lo que sea que haya sido (o como se diga), volviste.

Lo primero que hiciste: contarme... te sacas unas sorpresotas. Ya todo está bien. Ella mando un mensaje y ya todo está bien.

Crónica de otro martes en las rosas

"¿Pues entonces qué pedo?"
Abc's, Enrique, no escribo de él.
Here's2you. That bad i was feeling... Impotencia, cabronsísima